Garantizar la seguridad de los pacientes depende de un buen diagnóstico, un tratamiento adecuado y un sistema sólido que vigile los riesgos asociados a medicamentos y dispositivos médicos. Es en este punto donde participan la farmacovigilancia y tecnovigilancia, dos pilares fundamentales del sistema de vigilancia sanitaria.
Si bien muchas veces se mencionan juntas, cada una tiene objetivos, herramientas y enfoques distintos. En este artículo descubrirás qué es la farmacovigilancia y la tecnovigilancia, cuál es la diferencia entre ambas, y por qué su aplicación es clave para la salud pública, especialmente en el contexto del Perú.
¿Qué es farmacovigilancia y tecnovigilancia?
Para comprender bien cada una de las definiciones, hemos separado ambos conceptos:
¿Qué es la farmacovigilancia?
Cada medicamento, por más beneficioso que sea, puede generar efectos adversos o imprevistos. En ese sentido, la farmacovigilancia se encarga justamente de identificar, evaluar, comprender y prevenir esos riesgos para proteger la salud de los pacientes.
Esta disciplina abarca los medicamentos que ya están en el mercado y aquellos en fase de investigación, asegurando que cada paso esté bajo vigilancia.
Además, según la DIGEMID, como ciudadano también puedes contribuir activamente notificando cualquier sospecha de evento adverso, fortaleciendo así el sistema de reporte y análisis que permite mejorar los tratamientos y garantizar un uso seguro y racional de los fármacos.
¿Qué es la tecnovigilancia?
La tecnología médica está presente en cada paso del cuidado de la salud, desde una simple jeringa hasta complejos equipos de diagnóstico. En ese sentido, la tecnovigilancia se encarga de vigilar estos dispositivos médicos, identificando y analizando incidentes que puedan poner en riesgo al paciente.
Esto incluye prótesis, reactivos, materiales implantables, monitores y mucho más. Además, su objetivo principal es reducir al mínimo los riesgos asociados al uso de estas tecnologías, garantizando que cada dispositivo cumpla con estándares de seguridad y calidad.
Cuando participas activamente reportando problemas, contribuyes a fortalecer la confianza en los servicios de salud y a proteger la integridad de quienes dependen de ellos.
¿Cuál es la diferencia entre farmacovigilancia y tecnovigilancia?
Puedes identificarla claramente si observas a qué elemento vigilan: la farmacovigilancia se dedica a monitorear medicamentos, desde su fabricación hasta su uso en pacientes, mientras que la tecnovigilancia se concentra en los dispositivos médicos, como prótesis, equipos de diagnóstico o insumos hospitalarios.
Otra diferencia importante está en los métodos de recolección y análisis de datos. Los reportes de eventos adversos en medicamentos se procesan bajo protocolos específicos, mientras que los incidentes relacionados con dispositivos requieren evaluaciones técnicas distintas.
En este punto entra en juego el comité de farmacovigilancia y tecnovigilancia, que coordina internamente estas tareas, garantizando que se sigan las buenas prácticas de farmacovigilancia y tecnovigilancia en cada institución.
Así, ambos sistemas se complementan para proteger a los pacientes desde diferentes frentes, formando un escudo integral para la salud pública.
Buenas prácticas de farmacovigilancia y tecnovigilancia
El seguimiento de las buenas prácticas de farmacovigilancia y tecnovigilancia garantiza que los sistemas de vigilancia sanitaria funcionen de forma eficiente y alineada a los estándares internacionales.
En esa línea, está la responsabilidad de reportar cualquier evento adverso o incidente que detectes, ya sea relacionado con medicamentos o dispositivos médicos, para que pueda ser evaluado por el comité de farmacovigilancia y tecnovigilancia de tu institución. Además, es esencial aplicar metodologías de análisis de riesgos que permitan identificar patrones, causas y áreas críticas.
El Centro Nacional de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia pone a tu disposición guías, capacitaciones y herramientas diseñadas para fortalecer estas prácticas, apoyando así al personal de salud en la toma de decisiones seguras.
También puedes aprovechar estos recursos para actualizarte constantemente, asegurando que tu labor contribuya al bienestar de los pacientes y al fortalecimiento del sistema sanitario.
Por otro lado, si quieres implementar de forma efectiva estas buenas prácticas en tu organización, es clave conocer las directrices oficiales y las recomendaciones específicas proporcionadas por entidades como DIGEMID.
Farmacovigilancia y tecnovigilancia: su impacto en el Perú
Tanto medicamentos como dispositivos médicos están presentes en cada rincón del sistema de salud, desde hospitales hasta consultorios pequeños. La labor que realiza la DIGEMID al coordinar la vigilancia permite identificar riesgos antes de que se conviertan en amenazas mayores, garantizando así la protección de los pacientes.
El trabajo del Centro Nacional de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia ha permitido que se generen reportes confiables, se analicen tendencias y se actúe rápidamente ante fallas detectadas.
Como profesional de la salud, puedes participar activamente en este proceso aplicando las recomendaciones oficiales, integrándote a los programas del comité de farmacovigilancia y tecnovigilancia y reforzando el compromiso con las buenas prácticas.
Gracias a este esfuerzo colectivo, el Perú avanza hacia un sistema más robusto, donde la calidad de los tratamientos y la confianza de los usuarios son prioridades centrales.
Desafíos de la farmacovigilancia y tecnología en el Perú
A pesar de los avances, aún existen muchos desafíos. Uno de los principales es fortalecer la cultura de reporte, ya que muchas veces los eventos adversos no se notifican. Además, se requiere mayor inversión en infraestructura tecnológica y capacitación del personal para optimizar los sistemas.
Desde tu rol como profesional de la salud, puedes contribuir a crear un entorno más seguro promoviendo la importancia de la vigilancia sanitaria y usando los recursos oficiales como los del Centro Nacional de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia.
En Jobal Pharma, contamos con certificación en Buenas Prácticas de Farmacovigilancia (BPFV). ¡Contacta con nuestro equipo del área de Farmacovigilancia y ayúdanos a marcar la diferencia en la protección de la salud pública!