La dermatitis se define como una inflamación de la piel que provoca reacciones visibles y molestas como irritación, descamación, resequedad o incluso brotes con enrojecimiento.
Existen múltiples tipos de dermatitis y comprender sus variantes te permitirá identificar los síntomas a tiempo y buscar el tratamiento más adecuado, ya sea mediante cremas, medicamentos específicos o cuidados dermatológicos.
¿Qué es la dermatitis?
La dermatitis es una inflamación de la piel que puede manifestarse con enrojecimiento, descamación, erupciones o incluso ampollas. No se trata de una sola enfermedad, sino de un conjunto de afecciones que afectan la piel.
Cuando buscas “qué es dermatitis”, la definición más clara es que: se trata de una reacción de la piel frente a distintos factores como alergias, irritantes, infecciones o predisposición genética.
Síntomas de la dermatitis
Los síntomas de la dermatitis varían según el tipo y la persona afectada:
- La picazón es uno de los signos más frecuentes y puede ser constante o intermitente.
- Pueden aparecer brotes de enrojecimiento, inflamación localizada y sensación de ardor.
- La piel suele presentar sequedad, descamación y cambios de textura.
- En algunos casos se forman ampollas, costras o placas que agravan la molestia.
- La dermatitis en la piel de adultos se manifiesta con manchas y descamación visible.
- En la dermatitis en la cabeza o cuero cabelludo, es común la aparición de escamas.
- En la dermatitis en bebés o en niños, los síntomas suelen concentrarse en la cara, las manos y la zona del pañal.
Si los síntomas se vuelven persistentes o afectan tu calidad de vida, busca atención médica especializada.
Causas de la dermatitis
Las causas de la dermatitis son múltiples y varían según el tipo que presentes. A continuación, te explicamos a detalle algunas de las causas más relevantes:
- Los factores genéticos influyen en condiciones como la dermatitis atópica, donde existe una predisposición hereditaria.
- Las alteraciones en el sistema inmunológico pueden desencadenar reacciones inflamatorias en la piel.
- El contacto con sustancias irritantes o alérgenos es la causa principal de la dermatitis de contacto y de la dermatitis alérgica.
- Algunas infecciones cutáneas actúan como desencadenantes o agravan los brotes.
- El estrés emocional está asociado a la dermatitis por estrés, que provoca episodios más frecuentes e intensos.
- La exposición prolongada al sol puede dar lugar a la llamada dermatitis por el sol, con enrojecimiento e irritación.
- En bebés y niños, factores como la humedad y la fricción son responsables de la dermatitis del pañal, por ejemplo.
Factores de riesgo de la dermatitis
Algunos factores que aumentan la probabilidad de desarrollar dermatitis son:
- Los antecedentes familiares de alergias o asma incrementan el riesgo de padecer dermatitis atópica u otras formas relacionadas con respuestas inmunológicas.
- Tener la piel seca o sensible favorece la aparición de irritación, descamación y brotes recurrentes.
- La exposición frecuente a irritantes químicos en el trabajo o en el hogar eleva el riesgo de desarrollar dermatitis de contacto.
- El estrés emocional es un factor clave que puede desencadenar episodios de dermatitis por estrés o agravar brotes ya existentes.
- Factores ambientales, como los cambios bruscos de clima o la humedad excesiva, pueden potenciar los síntomas de la dermatitis en la piel.
Tipos de dermatitis
Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una de las condiciones cutáneas más estudiadas y representa un desafío tanto en bebés como en adultos, ya que suele ser crónica y con brotes recurrentes.
Además de la intensa picazón, puede provocar engrosamiento de la piel debido al rascado constante, lo que aumenta el riesgo de infecciones.
En la dermatitis atópica en bebés, las lesiones suelen localizarse en la cara, el cuero cabelludo y las extremidades, mientras que en la dermatitis atópica en niños y adultos tienden a aparecer en pliegues como codos, rodillas y cuello.
Dermatitis de contacto
Se trata de una reacción de la piel directamente vinculada con el contacto de sustancias externas.
En la dermatitis irritativa o por contacto, la causa principal suele ser la exposición repetida a jabones, detergentes, solventes u otros químicos de uso cotidiano.
Dermatitis seborreica
Este tipo de dermatitis es una de las formas más comunes de inflamación crónica de la piel y suele manifestarse en áreas ricas en glándulas sebáceas.
El cuero cabelludo es la zona más afectada, donde aparecen escamas amarillentas o blanquecinas acompañadas de enrojecimiento y caspa persistente.
Sin embargo, también puede extenderse a la cara, en áreas como cejas, laterales de la nariz y orejas, así como en el pecho y la espalda.
Aunque no se trata de una infección, factores como la proliferación del hongo Malassezia, el estrés y los cambios climáticos pueden agravar los síntomas.
El tratamiento para la dermatitis seborreica suele incluir el uso de champús medicados con principios activos antifúngicos, combinados con rutinas de cuidado de la piel que reduzcan la inflamación y controlen la descamación.
Dermatitis numular
En el caso de la dermatitis numular, la piel desarrolla manchas o placas redondeadas, similares a una moneda, que producen picazón e irritación intensa.
Estas lesiones suelen localizarse en brazos, piernas o torso y, por su aspecto, pueden confundirse fácilmente con infecciones fúngicas u otras dermatosis. Es más frecuente en adultos y se asocia a factores como piel seca, climas fríos o lesiones cutáneas previas.
Dermatitis dishidrótica
La dermatitis dishidrótica se caracteriza por la aparición de pequeñas ampollas profundas, llenas de líquido, que generan una picazón intensa y resultan especialmente molestas.
Afecta con mayor frecuencia a las palmas de las manos y a las plantas de los pies, por lo que también se conoce como dermatitis en las manos. Aunque su causa exacta no está del todo clara, se relaciona con factores como el estrés, la sudoración excesiva y reacciones alérgicas.
Dermatitis por estasis
Por su parte, la dermatitis por estasis es una condición asociada a problemas de circulación sanguínea en las piernas. La acumulación de líquidos por insuficiencia venosa provoca inflamación, enrojecimiento y cambios en la textura de la piel, que se vuelve más frágil y propensa a lesiones.
En etapas avanzadas, pueden formarse úlceras cutáneas dolorosas de difícil cicatrización.
Dermatitis de pañal
La dermatitis de pañal es una de las formas más frecuentes de dermatitis en bebés y aparece en la zona cubierta por el pañal debido a la combinación de humedad, calor, fricción y contacto con la orina o las heces.
Se manifiesta con enrojecimiento, sensibilidad y, en algunos casos, erupciones con pequeñas lesiones que generan molestias en el bebé. Aunque suele ser leve y de corta duración, puede complicarse si no se trata adecuadamente o si existe una infección por hongos o bacterias.
Otros tipos menos comunes
Entre los tipos menos comunes, la dermatitis herpetiforme se relaciona con la enfermedad celíaca y provoca brotes de ampollas pequeñas y muy pruriginosas.
También existe la dermatitis perioral, la cual aparece alrededor de la boca y puede confundirse con acné o rosácea, mientras que la dermatitis ocular afecta los párpados, ocasionando enrojecimiento e hinchazón.
Por último, la dermatitis por el sol está asociada a la exposición prolongada a la radiación solar, con síntomas como ardor, erupción y descamación.
¿Cómo se diagnostica la dermatitis?
El diagnóstico de la dermatitis comienza con una evaluación clínica detallada realizada por un dermatólogo, quien examina la piel y analiza el historial médico para identificar los factores desencadenantes.
Dependiendo del tipo de lesión y de la evolución de los síntomas, pueden ser necesarias pruebas complementarias. Entre ellas se encuentran los test de alergias, muy útiles en casos de dermatitis de contacto o dermatitis alérgica, ya que permiten detectar las sustancias responsables de la reacción cutánea.
En situaciones donde las lesiones no son claras o se sospechan otras patologías, se puede recurrir a una biopsia de piel para obtener un diagnóstico preciso.
Tratamiento para la dermatitis
El tratamiento de la dermatitis varía según el tipo y la severidad. Entre las opciones más comunes están:
- Cremas para dermatitis con efecto hidratante y antiinflamatorio.
- Uso de pastillas para la dermatitis o antihistamínicos en casos severos.
- Corticoides tópicos o sistémicos bajo supervisión médica.
- Champús y lociones especiales para dermatitis en el cuero cabelludo.
- Tratamientos específicos para dermatitis atópica o dermatitis seborreica.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Acudir a un especialista es fundamental cuando los síntomas de la dermatitis se vuelven persistentes, se intensifican o interfieren con tus actividades diarias. La picazón constante, las lesiones que no mejoran con cuidados básicos o los brotes que reaparecen con frecuencia son señales de alerta que no debes pasar por alto.
También es necesario consultar con un dermatólogo si aparecen signos de infección, como secreción de pus, fiebre, dolor intenso o inflamación progresiva en la piel.
Si los síntomas de la dermatitis afectan tu bienestar o no mejoran con cuidados básicos, lo más recomendable es recibir orientación profesional. Y si ya tienes un diagnóstico preciso y una receta autorizada, en Jobal Pharma puedes visitar nuestro servicio de Boticas para adquirir el tratamiento que requieres. ¡Contáctanos y estaremos encantados de poder ayudarte!